A veces en las guardias surgen conversaciones interesantes. A esa primera hora de la madrugada, donde en ocasiones hay un periodo de tranquilidad y coincidimos medicos y enfermeros en la sala de estar, alguien cuenta una anécdota o un chiste o se comenta lo que ha ocurrido con algún enfermo. La otra noche alguien contó que un compañero estaba preocupado porque se había pinchado, días atrás, mientras suturaba a un paciente con cierto riesgo de ser seropositivo. Comenté algo que había leido en el periódico del día
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/tratamiento/inmediato/VIH/reduce/99/probabilidad/infeccion/elpepisoc/20090325elpepisoc_9/Tes
referente a la profilaxis postexposición al VIH y a un estudio que había hecho un grupo español y que terminaba con el siguiente párrafo
"Como admitieron los especialistas, no es fácil conseguirlos (los fármacos del tratamiento postexposición): depende de que los médicos de primaria deriven al paciente al hospital, y que ahí se evalúe que existe un riesgo que compense someter a la persona al tratamiento. Lo ideal es que en los casos de más peligro se ofrezca, pero eso no siempre ocurre, admitieron los especialistas."
Allí estábamos tres médicos que trabajábamos desde hace años en centros de salud, tres MIR (R1, R3 y R4, que también hacen guardias en el hospital) y tres enfermeras alguna de las cuales habían trabajado hasta hacía poco en el hospital y nadie tenía las ideas claras sobre este tema. Muchos no sabían ni siquiera que existía y casi todos ignoraban que podían acudir a urgencias a que los valoraran porque allí tenían la obligación de tener estos fármacos disponibles para darlos en las primeras horas postexposición. Lo más asombroso es que a los MIR que hacían guardias en el hospital (y que valoran pacientes) nadie les había hablado de esto e ignoraban que hubiese cualquier tipo de protocolo.
Luego lo he hablado con más compañeros y prácticamente nadie sabe nada. Alguna gente se ha pinchado y lo que ha hecho es ponerse en contacto con los de medicina preventiva al día siguiente (si no pilla fin de semana) o más tarde porque no tenían sensación de que se pudiera hacer algo precozmente. Y por supuesto no tenían interiorizado que algunos pacientes podrían beneficiarse de una terapia de este tipo en algunos supuestos que a veces vemos o podemos ver, como una violación de determinadas características.
En http://www.gesida.seimc.org/pcientifica/fuentes/DcyRc/gesidadcyrc2009_RecomendacionesdeGesida-PNSsobreTARV(febrero2009).pdf (Pag 79,80,81) podéis encontrar una actualización de la profilaxis postexposición ocupacional y no ocupacional. Allí se reseña algo fundamental:
"Los servicios sanitarios deben disponer de un manual escrito sobre las actuaciones y derivaciones a seguir en caso de exposición, profesional o no al VIH, con accesibilidad las 24 horas del día a los fármacos utilizados en la PPE"
Porque el caso debe valorarse cuanto antes y, si está indicado, el tratamiento comenzarse en las primeras 4 horas (aunque puede hacerse hasta las 72) y mantenerse durante 4 semanas.
Os animo a que investiguéis si ese manual escrito existe en vuestro hospital de referencia y sobre todo si es conocido y aplicado. Esta es una de las cuestiones que quizá precisen ser reivindicadas porque dependen de una actitud previa de los profesionales y esa actitud determina los conocimientos y las actuaciones. Que pueden comprometer derechos de las personas.
En el documento anteriormente citado se incluye el siguiente párrafo:
"Inicialmente existió cierta preocupación de que la extensión de la PPE no ocupacional pudiera reducir las medidas de prevención primaria, al existir una supuesta profilaxis "para el día después", y relajar la seguridad de las prácticas sexuales o la inyección de drogas. Sin embargo se ha demostrado que si la PPE no ocupacional se acompaña de la oportuna intervención educativa se pueden reducir las prácticas de riesgo."
En el estudio español reseñado en el periódico, de 528 personas consideradas de riesgo, a las que se les suministró la PPE, solo 3 acabaron infectadas por VIH. El tratamiento cuesta unos 900 euros y a veces no se tolera bien. Pero pensad el precio de un tratamiento continuo a un seropositivo por VIH, que también tendría problemas de tolerancia por los mismos fármacos.
En el trabajo diario se desarrollan demasiadas rutinas, nos acostumbramos a cosas que nos asombrarían si nos distanciaramos de ellas. Cualquier día uno de nosotros o un familiar puede enfrentarse a una situación en la que puede haber riesgo de contagio al VIH. Es responsabilidad de los profesionales saber evaluar esos casos con empatía, dar apoyo psicológico, informar adecuadamente de la decisión que se tome (donde debe ser incluida la pinión del paciente) y dar un tratamiento postexposición si está indicado. Es importante que todos los profesionales tengan formación sobre esto lo que debe incluir una reflexión ética. Porque en último término la motivación para hacer o no hacer algo en circustancias a veces no favorables (cuando se está cansado en una guardia, por ejemplo) depende de la fibra ética de cada uno.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/tratamiento/inmediato/VIH/reduce/99/probabilidad/infeccion/elpepisoc/20090325elpepisoc_9/Tes
referente a la profilaxis postexposición al VIH y a un estudio que había hecho un grupo español y que terminaba con el siguiente párrafo
"Como admitieron los especialistas, no es fácil conseguirlos (los fármacos del tratamiento postexposición): depende de que los médicos de primaria deriven al paciente al hospital, y que ahí se evalúe que existe un riesgo que compense someter a la persona al tratamiento. Lo ideal es que en los casos de más peligro se ofrezca, pero eso no siempre ocurre, admitieron los especialistas."
Allí estábamos tres médicos que trabajábamos desde hace años en centros de salud, tres MIR (R1, R3 y R4, que también hacen guardias en el hospital) y tres enfermeras alguna de las cuales habían trabajado hasta hacía poco en el hospital y nadie tenía las ideas claras sobre este tema. Muchos no sabían ni siquiera que existía y casi todos ignoraban que podían acudir a urgencias a que los valoraran porque allí tenían la obligación de tener estos fármacos disponibles para darlos en las primeras horas postexposición. Lo más asombroso es que a los MIR que hacían guardias en el hospital (y que valoran pacientes) nadie les había hablado de esto e ignoraban que hubiese cualquier tipo de protocolo.
Luego lo he hablado con más compañeros y prácticamente nadie sabe nada. Alguna gente se ha pinchado y lo que ha hecho es ponerse en contacto con los de medicina preventiva al día siguiente (si no pilla fin de semana) o más tarde porque no tenían sensación de que se pudiera hacer algo precozmente. Y por supuesto no tenían interiorizado que algunos pacientes podrían beneficiarse de una terapia de este tipo en algunos supuestos que a veces vemos o podemos ver, como una violación de determinadas características.
En http://www.gesida.seimc.org/pcientifica/fuentes/DcyRc/gesidadcyrc2009_RecomendacionesdeGesida-PNSsobreTARV(febrero2009).pdf (Pag 79,80,81) podéis encontrar una actualización de la profilaxis postexposición ocupacional y no ocupacional. Allí se reseña algo fundamental:
"Los servicios sanitarios deben disponer de un manual escrito sobre las actuaciones y derivaciones a seguir en caso de exposición, profesional o no al VIH, con accesibilidad las 24 horas del día a los fármacos utilizados en la PPE"
Porque el caso debe valorarse cuanto antes y, si está indicado, el tratamiento comenzarse en las primeras 4 horas (aunque puede hacerse hasta las 72) y mantenerse durante 4 semanas.
Os animo a que investiguéis si ese manual escrito existe en vuestro hospital de referencia y sobre todo si es conocido y aplicado. Esta es una de las cuestiones que quizá precisen ser reivindicadas porque dependen de una actitud previa de los profesionales y esa actitud determina los conocimientos y las actuaciones. Que pueden comprometer derechos de las personas.
En el documento anteriormente citado se incluye el siguiente párrafo:
"Inicialmente existió cierta preocupación de que la extensión de la PPE no ocupacional pudiera reducir las medidas de prevención primaria, al existir una supuesta profilaxis "para el día después", y relajar la seguridad de las prácticas sexuales o la inyección de drogas. Sin embargo se ha demostrado que si la PPE no ocupacional se acompaña de la oportuna intervención educativa se pueden reducir las prácticas de riesgo."
En el estudio español reseñado en el periódico, de 528 personas consideradas de riesgo, a las que se les suministró la PPE, solo 3 acabaron infectadas por VIH. El tratamiento cuesta unos 900 euros y a veces no se tolera bien. Pero pensad el precio de un tratamiento continuo a un seropositivo por VIH, que también tendría problemas de tolerancia por los mismos fármacos.
En el trabajo diario se desarrollan demasiadas rutinas, nos acostumbramos a cosas que nos asombrarían si nos distanciaramos de ellas. Cualquier día uno de nosotros o un familiar puede enfrentarse a una situación en la que puede haber riesgo de contagio al VIH. Es responsabilidad de los profesionales saber evaluar esos casos con empatía, dar apoyo psicológico, informar adecuadamente de la decisión que se tome (donde debe ser incluida la pinión del paciente) y dar un tratamiento postexposición si está indicado. Es importante que todos los profesionales tengan formación sobre esto lo que debe incluir una reflexión ética. Porque en último término la motivación para hacer o no hacer algo en circustancias a veces no favorables (cuando se está cansado en una guardia, por ejemplo) depende de la fibra ética de cada uno.
Lo sabía,en Chile derivamos a la mutual de trabajadores inmediatamente.
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